¿Qué es?

La epitrocleitis, también conocida como “codo de golfista“, es una lesión común que afecta al tendón que conecta los músculos del antebrazo con el hueso del codo. A diferencia de la epicondilitis, también conocida como “codo de tenista“, que afecta al lado externo del codo, la epitrocleitis afecta al lado interno.

Esta lesión se produce cuando los músculos del antebrazo se tensan demasiado, lo que provoca una inflamación y dolor en el tendón. El movimiento repetitivo y la sobrecarga son las principales causas de la epitrocleitis, siendo más común en deportes como el golf, el lanzamiento de béisbol, la gimnasia y el levantamiento de pesas.

Síntomas

  • Dolor en la parte interna del codo.
  • Dolor al mover el brazo.
  • Debilidad en el brazo.
  • Sensibilidad en la zona afectada.
  • Rigidez en el codo.
  • Hormigueo o entumecimiento en el brazo.

Tratamiento

En la fisioterapia para la epitrocleitis, el fisioterapeuta puede utilizar una variedad de técnicas para ayudar a reducir el dolor y la inflamación, mejorar la fuerza y la flexibilidad de los músculos del antebrazo y prevenir futuras lesiones.

  • Terapia manual.
  • Estiramiento.
  • Fortalecimiento.
  • Aplicación de calor y frío.
  • Terapia con agentes físicos como ultrasonido, electroterapia, láser.

Prevalencia

La epitrocleitis no solo afecta a los golfistas, el nombre se da porque en este tipo de actividades, el movimiento del codo es muy frecuente y repetitivo y lo asocian a la lesión. Esta lesión le puede dar a cualquier persona, y suele ser frecuente la afectación entre los 30 y 50 años de edad. La epitrocleitis es más común en trabajadores manuales y en deportistas que realizan actividades que requieren movimientos repetitivos del brazo, como levantar objetos pesados, golpear una pelota o realizar tareas de jardinería.

Consejos para evitar esta lesión.

Aquí te dejamos unos consejos para reducir la probabilidad de que te afecte esta lesión.

  • Calentar adecuadamente antes de cualquier actividad física que involucre el uso del brazo y la mano.
  • Tomar descansos frecuentes durante las actividades repetitivas para evitar la sobrecarga.
  • Utilizar equipos adecuados y ergonómicos para reducir la tensión en los músculos del antebrazo y prevenir lesiones.
  • Mantener una buena postura y técnica al realizar actividades que involucren el uso del brazo y la mano.
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