La epicondilitis también conocida como codo de tenista, es una lesión que afecta a la parte exterior del codo y que puede ser muy dolorosa. Aunque el nombre sugiere que solo los tenistas pueden sufrir esta lesión, cualquier persona que realice movimientos repetitivos con el brazo, como los que se realizan en ciertos trabajos o actividades deportivas, pueden desarrollarla.

Si experimentas dolor en la parte exterior de tu codo, es importante que busques atención médica lo antes posible. La epicondilitis puede ser muy dolorosa y limitar tu capacidad para realizar tareas cotidianas y deportes. Al recibir tratamiento temprano, puedes reducir el tiempo de recuperación y minimizar el riesgo de complicaciones.

Causas.

  • La más común es la sobrecarga repetitiva en los músculos y tendones que se insertan en el epicóndilo lateral del codo.
  • Los movimientos repetitivos pueden dañar estos tejidos y provocar dolor e inflamación.
  • Otros factores de riesgo incluyen la edad, el sexo masculino, la falta de flexibilidad y la debilidad muscular.

Prevalencia.

Es alta en ciertos grupos de personas. Por ejemplo, los trabajadores que realizan movimientos repetitivos con los brazos, como los que trabajan en fábricas o en la construcción, tienen una mayor probabilidad de desarrollar esta lesión. También es común en deportistas que practican deportes que involucran movimientos repetitivos de la muñeca y el brazo, como el tenis o el golf.

Tratamiento.

Suele incluir una combinación de descanso, fisioterapia y medicamentos. El objetivo principal del tratamiento es reducir el dolor y la inflamación, así como fortalecer los músculos y tendones afectados. En algunos casos, puede ser necesario usar una férula o una banda para reducir la tensión en los tendones y promover la curación.

La terapia física puede ser muy efectiva en el tratamiento de la epicondilitis. Los fisioterapeutas pueden trabajar contigo para desarrollar un plan de tratamiento personalizado que incluya ejercicios de fortalecimiento y estiramiento para los músculos y tendones afectados. También pueden enseñarte técnicas de autocuidado, como el uso de hielo y calor, para reducir el dolor y la inflamación.

Durante el proceso de recuperación, es posible que debas realizar ajustes en tu estilo de vida y en tus actividades diarias. Por ejemplo, es posible que debas evitar ciertas actividades que puedan agravar la lesión, o reducir el tiempo que pasas realizando tareas que requieren movimientos repetitivos del brazo.

Prevención.

Algunas medidas preventivas incluyen el uso de equipo protector adecuado, como coderas o muñequeras, y la práctica de una buena ergonomía al realizar tareas repetitivas del brazo. También es importante tomar descansos regulares y estirar los músculos y tendones del brazo con regularidad.

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